Más de mil personas confinadas: la tensa calma que se vive en Tadó

Después de que actores armados asesinaran a uno de los líderes de la Guardia Indígena, 1.164 personas, de nueve comunidades pertenecientes al pueblo Embera Katio, están confinadas y hacinadas en Tarena Central. También preocupan los casos de desplazamiento y reclutamiento de niños y niñas que viven en las comunidades ante la presencia del Eln y las Agc.

El 7 de marzo, a las 5:30 de la tarde, fue asesinado el líder indígena de la comunidad de Tarena, Jarinson Oky Valencia, atacado a tiros por hombres armados entre las veredas El Dos y Las Ánimas, en Unión Panamericana, municipio fronterizo de Tadó (Chocó). Jarinson, según cuentan sus allegados, se desplazaba con un compañero en una motocicleta cuando fueron interceptados por hombres armados que le dispararon y huyeron. A sus 26 años era un reconocido líder de la zona, licenciado en Matemáticas, ideólogo y formador de la Guardia Indígena.
Oky Valencia aparecía en una lista junto a otros siete líderes amenazados en la comunidad de Tarena. Desde su asesinato 1.164 habitantes de nueve comunidades Embera Katio (Bacoda, Brisa Jobaró, Medio Mondó, Mombará, Piedra Blanca, Alto Tarena, Agua Clara, Coroto y Tarena Central) se desplazaron y confinaron en Tarena Central. “Nos dijeron que hay una lista para asesinar a varios compañeros y que no tenemos nada que hacer en el casco urbano de Tadó, sentimos temor ante las amenazas y por eso nos confinamos”, cuenta un miembro de la comunidad, que por seguridad pide no ser identificado.
“Nos dijeron que hay una lista para asesinar a varios compañeros y que no tenemos nada que hacer en el casco urbano de Tadó, sentimos temor ante las amenazas y por eso nos confinamos”
Líder indígena
Llegar a Tarena Central demora más de cuatro horas. Primero, se debe tomar un mototaxi o vehículo que tarda una hora desde Tadó hasta el corregimiento El Tabor, pasar hasta Mondó y caminar por trocha por más de tres horas. Para cruzar siempre debe estar presente la Guardia Indígena, quienes se encargan de proteger a la comunidad y estar alerta ante la presencia de nuevas minas antipersonal que los grupos armados dejan en el camino.
Las 250 familias están hacinadas y al estar tan alejadas del casco urbano se sienten abandonadas. Duermen en cambuches en la cancha, en la casa cultural, en el centro de salud y en la escuela. Por estar confinados no pueden salir a conseguir alimentos, además padecen enfermedades por la falta de agua potable. “El centro de salud no funciona, no hay nadie que los atienda. Ellos hacen sus necesidades en el río y ahí mismo les toca recolectar el agua. Está incrementado la malaria, el paludismo, dolores estomacales, vómitos y fiebre”, explican los funcionarios del Foro Interétnico Solidaridad Chocó (Fisch) quienes fueron al lugar para hacer una misión humanitaria el 1 de abril.
Además, en la comunidad hay 363 niños que no reciben clase desde hace más de un mes. La infraestructura de la escuela está en mal estado, no hay tableros, sillas, material pedagógico ni la cantidad de profesores necesarios para dar las clases.
La comunidad cree que a Jarinson lo mataron por su liderazgo en el fortalecimiento de la Guardia Indígena, proyecto que impulsaba para contrarrestar el reclutamiento de menores y jóvenes por parte del Eln y las Agc, los dos grupos que se disputan, por igual, el territorio y los negocios ilícitos en Tadó y todo el departamento.
Desde la Defensoría del Pueblo, regional Chocó, se informa que recibieron el reporte de las amenazas en contra de Jarinson desde hace tres años, al parecer del Eln por ser el grupo que se mueve en esta zona. “Su nombre se habló en un comité sobre personas amenazadas y se había solicitado medidas de protección, pero no fueron individuales sino colectivas. Al parecer porque los líderes estaban tomando acciones para que los menores no se fueran de la comunidad al grupo ilegal”, agrega. La Defensoría advierte que conoce de la lista de amenazas, por denuncia de las comunidades, y han pedido reforzar las medidas de protección colectiva.
En medio del confinamiento las comunidades piden más ayuda. “Hubo casos de violencia y de orden público pero todo se ha quedado quieto. Ayer (1 de abril) nos llegaron alimentos por parte de Fisch, se nos murió una compañera durante un parto, hay muchos enfermos y no han ido los médicos”, puntualiza. Por su parte, desde la Alcaldía de Tadó informan que se está buscando apoyo de las agencias de cooperación internacional para hacer el acompañamiento psicosocial y llevar alimentos a Tarena.
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